La Escuela de Frankfurt | Historia, ideas centrales y figuras relevantes

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Tema: Escuela de Frankfurt

Autor: Javi Gracia

En la Alemania de la República de Weimar se fundó la primera institución sociológica con una orientación abiertamente marxista, la Escuela de Frankfurt, que tomó instrumentos de la  filosofía, de la cultura de la ética, de la psicosociología i del psicoanálisis. Su proyecto era unir a Marx con Freud.  

Concretamente, por Escuela de Frankfurt se conoce a un grupo de filósofos alemanes, científicos sociales y críticos culturales asociados con el Instituto para la Investigación Social fundado en la ciudad alemana de Frankfurt en 1923. El proyecto que impulsaron estos  intelectuales era construir una «teoría crítica de la sociedad». Algunas de las figuras más  destacadas de la Escuela de Frankfurt fueron Max Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert  Marcuse, Erich Fromm, Walter Benjamin y Jürgen Habermas.  

El programa de este grupo de intelectuales tenía como propósito vincular la teoría con la práctica para proveer ideas y de esta forma ayudar a las personas a cambiar las condiciones de opresión en las que vivían y alcanzar la emancipación humana. Se preocuparon  por entender y explicar «el estado de barbarie» en el que había caído la humanidad. 

Evolución histórica de la Escuela de Frankfurt

El trabajo de la Escuela de Frankfurt sigue una evolución histórica que podemos dividir en varias etapas. En primer lugar, la Escuela se adscribe al Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt, el cual nace en 1923 de la mano del mecenas Félix Weil, de intereses  socialistas y marxistas. En un primer momento toma la dirección del mismo el filósofo marxista alemán Carl Grünberg

En 1930 Grünberg deja su cargo en manos de Max Horkheimer. Bajo su dirección se consolidaría lo que hoy conocemos como la Escuela de Frankfurt, uno de los epicentros históricos de la sociología y la filosofía a nivel mundial. Entre el año 1932 y el 1938 se publicó la Revista de Investigación Social, en la que escribirían los principales autores vinculados a la  Escuela: el propio Horkheimer, Theodor W. Adorno, Walter Benjamin, Erich Fromm o Herbert Marcuse, entre otros.

Con el ascenso del nazismo se cierra el Instituto de Investigación Social y se produce el exilio de la Escuela de Frankfurt y de muchos de sus miembros, que tras pasar por Génova, París y la Universidad de Columbia, se instalaría en Nueva York hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que la nueva situación política permitió su regreso a Alemania. En esta etapa surge por primera vez el término «teoría crítica» con la publicación en 1937 de la obra Teoría Tradicional y Teoría Crítica, de Horkheimer.  

Desde la vuelta a Alemania y hasta la muerte de sus dos grandes referentes, Adorno en 1969 y Horkheimer en 1973, la Escuela de Frankfurt desarrolla esta Teoría Crítica y se publican las obras más destacadas de sus miembros. A partir de entonces se da el paso a una segunda generación de autores, entre los que destacará Jürgen Habermas.

Proyecto interdisciplinar

El proyecto originario de Horkheimer aparece formulado, entre otras obras, en Teoría tradicional y teoría crítica y en Materialismo, metafísica y moral. Horkheimer no transformó significativamente la idea inicial del Instituto para la Investigación Social. Pero la orientación esencialmente sociológica sí dio lugar a un enfoque más filosófico.

N obstante, una de las ideas centrales siguió siendo la interdisciplinariedad. Esto tenía una explicación. Si se trataba de transformar la sociedad y divulgar un conocimiento lo más científico posible, así como enseñar a usar la razón, era indispensable que el estudio se extendiese a muchas áreas y que se pudieran integrar razonamientos desde diversas disciplinas. Esta interdisciplinariedad se concretó en tres ramas  fundamentales: la sociología, el psicoanálisis y la economía

La sociología

Esta ciencia, desarrollada desde presupuestos marxistas, se aplicó para buscar líneas de investigación que debían mostrar la cara oculta de la sociedad. A partir de las pautas dialécticas asumidas por la escuela, totalizar un objeto de estudio tan complejo como la sociedad era falsearla. Por eso los trabajos concretos se centraron en las formas de opresión o marginación  presentes en la sociedad.

Un buen ejemplo de este planteamiento lo encontramos en los estudios sobre antisemitismo elaborados por Adorno y Horkheimer. Además de su valor sociológico, constituyen una pieza valiosísima como crónica excepcional de los mecanismos utilizados por  el nacionalsocialismo en la construcción de un «sentimiento social» y de todo un sistema encaminado a aplicar la exclusión y el exterminio sobre un colectivo. De este modo, la  sociología no solo se hizo valer para describir un todo social, sino que adoptó una función crítica de la sociedad que permitió impulsar su transformación al sacar a la luz lo que los  instrumentos ideológicos pretendían ocultar.

El psicoanálisis

Como apoyo a esta perspectiva crítica de la sociedad, se hacía también necesario lograr una comprensión óptima del individuo. Para ello, se tomó a Freud como referente y se le encomendó a Erich Fromm la tarea de ensamblar las ideas principales del psicoanálisis con los principios  marxistas.

La elección de esta disciplina no fue, ni mucho menos, casual. Del mismo modo que el marxismo denunciaba fervientemente la alienación que sufría el proletario dentro de las sociedades capitalistas, el psicoanálisis apuntaba la finalidad represiva de la sociedad sobre los  impulsos del individuo. Aun así, ambas teorías divergían en ciertos aspectos y estas diferencias fueron las que, con el tiempo, motivaron la salida de Fromm del Instituto para la Investigación  Social.

La interpretación de Fromm, cargada tal vez de prejuicios de tipo religioso o moral, restaba importancia a conceptos como el de la libido y hacía una lectura del psicoanálisis que, a juicio del resto de frankfurtianos, no era fiel a los textos originales de Freud, por lo que Horkheimer y Adorno se fueron distanciando de Fromm. 

La economía

Mediante el psicoanálisis y la sociología se había conseguido desmenuzar individuo y sociedad. Sin embargo, era necesario enlazar ambas perspectivas encontrando un objeto de estudio en el  que individuo y sociedad interactuaran. Tal y como aparece en el proyecto de Horkheimer, esta ciencia no podía ser otra que la economía, disciplina en la que la colaboración de Friedrich Pollock jugó un importante papel.

En la economía, individuo y sociedad establecen relaciones entre sí, de modo que es un campo idóneo para estudiar cómo se influyen y se realimentan  mutuamente. El individuo interviene en la sociedad a través de la microeconomía, es decir, las  acciones que lleva a cabo en calidad de consumidor; y a la vez la sociedad afecta a la vida de los individuos por medio de la macroeconomía, que es el estado global de la economía que pone a los actores económicos en un campo de juego determinado con unas reglas determinadas.  

Aunque las tres disciplinas de las que hemos hablado son el hilo conductor de la Teoría Crítica, tal y como la entiende Horkheimer, no se puede olvidar que se abre también la posibilidad de que intervengan otros enfoques que siempre pueden servir como complemento. Así, los tratados  teológicos de Paul Tillich o los estudios musicales de Adorno eran también incluidos dentro de  este proyecto. De hecho, el IIS siempre estuvo abierto a la participación de más autores, entre los que cabe destacar, por citar un solo ejemplo, a Walter Benjamin, cuyos estudios sobre estética y sobre filosofía de la historia ejercieron una influencia notable sobre el pensamiento de Adorno. 

Ideas centrales de la Escuela de Frankfurt: «La teoría crítica» 

El núcleo de los trabajos de la Escuela de Frankfurt lo encontramos en la «Teoría Crítica», un análisis crítico de la realidad que pone en contraste lo que es frente a lo que debería ser. Así, en lo referente al campo de la sociología y la comunicación, sus autores coincidieron en que, pese a que se había teorizado extensamente, las investigaciones no habían tenido influencia alguna sobre la realidad: la función de las investigaciones sociológicas como motor de cambio de la sociedad había sido hasta el momento una utopía. 

Esta perspectiva teórica se enfocó fundamentalmente en el cambio social y en las contingencias que se suceden y que dan lugar a cambios históricos. Esta visión se opone a la idea del estancamiento social. Por lo tanto, enfatiza la diacronía, el cambio en el tiempo, en  contraposición a las teorías funcionales y estructurales que sostienen la tendencia a la sincronía, es decir, la estabilidad de los fenómenos a lo largo del tiempo. Por lo tanto, la Escuela de Frankfurt se inclinó por la consideración de las estructuras de poder y los sistemas socioeconómicos y culturales como elementos transformables. Y precisamente, la comunicación ocupa un lugar capital como instrumento de transformación, tal y como atestiguan sus  investigaciones.  

El deseo de vincular la teoría con la práctica venía motivado por el hecho de que hasta aquel momento se habían desarrollado muchos estudios pero pocos habían tenido incidencia a nivel objetivo y pragmático. ¿La utilidad de este planteamiento?  Proveer ideas y, con ello, estimular un cambio social y político que agilizara a la ciudadanía y suscitara las actuaciones necesarias para acabar con las condiciones de opresión en las que se vivía. En cierto modo, se preocuparon por entender y explicar el estado de barbarie en el que la humanidad vivía sin ser consciente de ello.  

El periodo que abarca desde los años veinte hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial fue determinante para los exponentes de la Escuela de Frankfurt por tres experiencias que les tocó vivir y que impregnaron sus indagaciones: el proceso de burocratización en la Unión Soviética,  el afianzamiento de los regímenes fascistas en Alemania e Italia y la fuerza globalizadora del capitalismo en la implantación de la sociedad de consumo.

Estos tres hitos sirvieron como referencias teóricas para analizar los métodos y estrategias que empleaban los medios de comunicación para tener bajo su influjo a las masas, erigiéndose como instrumentos al servicio del régimen, que trataba de mantener el statu quo instaurado. Esta realidad hizo experimentar a los autores un considerable desencanto con los medios de comunicación por su escasa o nula utilidad como motores de cambio social. Esto se tradujo en la proliferación de trabajos con el fin de difundir esta intención propagandística por parte del sistema. 

Bajo esta perspectiva, la radio, la televisión y el cine son vistos como aparatos sospechosos por la homogeneidad y banalidad de sus contenidos, por su gran capacidad propagandística (viven de la publicidad). Cuando el bien cultural que consumimos es gratuito, como por ejemplo la radio, entra en escena el papel de los anunciantes y la publicidad, que otorgan a los medios una lógica mercantilista que busca satisfacer a las empresas a cambio de que estas financien sus proyectos. 

Alienación y manipulación

En la misma línea de pensamiento, los teóricos de Frankfurt sostuvieron que esta lógica capitalista de los medios de comunicación masivos tiene un efecto aletargador y alienante que se traduce en la pasividad de la opinión pública. Desde esta óptica, los medios son vistos como aparatos cohesionadores e integradores de la sociedad capitalista. 

Así pues, la alienación y la manipulación de la información se convierten en dos conceptos clave en la teoría crítica de los intelectuales de Frankfurt. Tal y como se ocuparon de definir  algunos de estos teóricos, un individuo está alienado cuando deja de pensar por sí mismo y no actúa con juicio racional, sino con una conciencia adquirida que difiere de la suya propia. 

Por su parte, se encargaron de definir el concepto de manipulación como una acción ligada al control de la voluntad de las personas. En el caso de la comunicación de masas, esta práctica se  efectúa a través del uso de ciertos instrumentos tales como los medios de comunicación, que son capaces de atraer a su causa a la mayor parte de la población e instalarse en el ideario colectivo de toda una nación.  

En esencia, alienación y manipulación describen en realidad un mismo fenómeno: el emisor manipula y, como consecuencia, el receptor está alienado, desarraigado de su propio juicio u opinión personal sobre los hechos que tienen lugar. 

Industria cultural

En 1947, con la publicación de la obra de Theodor W. Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica  de la Ilustración, se acuña el concepto de «industria cultural». Así se denominó al sistema de producción de bienes culturales que, fundamentalmente a través de los medios masivos, se convirtió en el dominante de nuestra cultura durante el siglo XX. 

La escuela de Frankfurt clasificó diferentes tipos de culturas según sus características distintivas. La cultura popular fue explicada como el producto cultural emanado de la propia actividad de una comunidad, desligando esta producción de toda intervención industrial. Por lo  tanto, aquellos rasgos socioculturales adquiridos sin la mediación de empresas, corporaciones o medios de comunicación eran catalogados como bienes pertenecientes a la cultura popular.

Por otra parte, definieron la cultura de élite como aquella que aflora mediante un estudio sistemático y meticuloso en instituciones apropiadas. Congresos, conferencias, reglas de  protocolo, la enseñanza, las artes o las ciencias formarían parte de esta subcampo cultural. 

Y, por último, se encargaron de situar a la cultura de masas en el centro del debate sobre la  influencia de los medios de comunicación en la sociedad. Para ello, distinguieron dos conceptos  fácilmente confundibles: «cultura de las masas», que es la que hace la gente, la verdadera cultura popular; y «cultura de masas», aquella que se origina en los grandes conglomerados y  que es usada por el sistema para manipular a la población. Así, un videoclip, las revistas del  corazón, los éxitos musicales, las telenovelas, las retransmisiones deportivas y los dibujos animados constituyen, entre muchas otras cosas, productos de la industria cultural. 

En sus trabajos, Adorno y Horkheimer describieron cómo los hechos culturales, al convertirse  en mercancías, pasan a producirse en serie, con la única pretensión de que sean consumidos. Por  poner un ejemplo, el músico compone para vender miles de copias, y si no lo logra su obra no existe en términos de la industria cultural. 

La industria cultural, entonces, se concibe como un emisor de contenidos y productos culturales que manipulan a un receptor que consume estos contenidos de una forma irreflexiva y que solo busca cubrir sus necesidades de entretenimiento o distracción más superficiales.  

Otro aspecto que destaca la Escuela de Frankfurt es que la industria cultural invade el tiempo de ocio y lo equipara a las formas propias del mundo del trabajo. Es decir, las personas programan su tiempo de ocio en base a la misma lógica instrumental y consumista que opera en el mundo  del trabajo. Ir al cine, escuchar música, ir de tiendas, ver la televisión o comer en un restaurante suelen ser las actividades que las personas desarrollan en su tiempo libre. El entretenimiento enajenante sustituye a la solidaridad colectiva, la creatividad, la libertad, la reflexión o la cultivación de la mente en aquellos espacios de tiempo que podrían dedicarse al enriquecimiento personal, al aprendizaje de nuevos lenguajes, al conocimiento de otras culturas  o al desarrollo de las propias capacidades. 

Adorno y Horkheimer utilizaron el término «industria cultural» para designar a la mercantilización definitiva de la cultura. Señalan al capital como el principal culpable de este funcionamiento de las industrias, que actúan en función de aquellos parámetros que les sitúan en mejor posición para obtener un beneficio económico óptimo. La cultura es negocio no solo por el valor de su adquisición, sino por ser también un producto comercializable, incluso a escala global.

Según la teoría crítica, todo este proceso serialización y rentabilización de la cultura genera un proceso de conformismo y subordinación en la población. La cultura de masas no es sino una vulgarización de la cultura general en la que las industrias operan para inocular pautas y modas destinadas a que el individuo consuma los bienes que el mercado pueda ofrecerle.

Figuras más relevantes de la Escuela de Frankfurt

Lo primero que hay que advertir es que reunir en una sola exposición a autores tan complejos como Adorno, Horkheimer, Fromm o Marcuse es sencillamente imposible. La Escuela de Frankfurt nunca fue una escuela en sentido cerrado, en la que todos hubieran de tomar las  mismas líneas de investigación o los mismos postulados teóricos. Lo que unía a los autores de la escuela era la intención de desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo, inspirado en el pensamiento marxista.

A partir de ahí, la libertad primó sobre la necesidad de sistematizar y  los miembros de la escuela desarrollaron pensamientos heterogéneos. Esta heterogeneidad no fue siempre fácil de armonizar: recordemos que Fromm y Marcuse salieron de la Escuela por desavenencias en la interpretación de autores como Freud o Heidegger.  

Entre los pensadores que trabajaron con la Escuela de Frankfurt, cabe destacar los siguientes:

Max Horkheimer

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Nació en 1985 en Stuttgart. Estudió Filosofía y Psicología en la Universidad de Frankfurt, donde se ganó la reputación que lo llevaría a tomar la dirección de la Escuela en 1930. De su iniciativa surgió la Revista de Investigación Social, de la que sería editor.

Se exilió con el  ascenso de Hitler y vivió en Estados Unidos hasta 1949. En 1937 publicó Teoría Tradicional y Teoría Crítica, que supuso el manifiesto inicial de la «Teoría Crítica», la cual presentó como un  modo de entender la investigación científica que pretende romper con el método tradicional. Dejó la Escuela en 1959.

Otras de sus principales obras fueron Dialéctica de la Ilustración, junto a Adorno, en 1941, y Teoría Crítica, en 1968. Está considerado, junto a Adorno, como el  principal exponente de la primera generación de la Escuela de Frankfurt y como un pensador celebérrimo en la aplicación de la razón para entender la comunicación, las sociedades y la relación entre estas y los sistemas de poder. Murió en 1973.  

Theodor W. Adorno

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Nació en 1903 en la misma Frankfurt, donde estudiaría Filosofía, Sociología, Psicología y Música. Empezó a trabajar para la Escuela de Frankfurt en 1932. Durante los años 30 combinó su colaboración con el Instituto para la Investigación Social con otras tareas para revistas musicales y culturales. También como Horkheimer, se exilió a Estados Unidos (Nueva York) donde colaboró intensamente con el Instituto para la Investigación Social, instaurado allí temporalmente.

Entre 1942 y 1944 trabaja junto a Horkheimer en Dialéctica de la Ilustración. Entre 1944 y 1949 dirige un proyecto de investigación sociológica en Los Ángeles centrado en el estudio de la discriminación social. En 1949 vuelve a Alemania y reanuda su labor dentro del  IIS. En los 50 publica obras cumbres como Minima moralia y desarrolla nuevos proyectos de  investigación sobre el carácter totalitario y fascista.

En 1958 toma la dirección del IIS. En los 60 seguirá desarrollando su teoría sociológica y, aunque rechazaba cualquier forma de manifestación violenta, su crítica se dirigirá permanentemente contra todo abuso de poder. A  esta última década pertenecen obras como Dialéctica negativa, Estudios sobre Hegel o Teoría  estética

Herbert Macuse

herbert macuse escuela frankfurtNació en Berlín en 1898. Era judío. Sus aportaciones a la Escuela de Frankfurt coincidieron con el exilio de la misma. Después las compendiaría en su obra Cultura y Sociedad. Su pensamiento gira en torno a la crítica de las sociedades capitalistas occidentales.

Entre sus obras más destacadas, hay que citar Eros y civilización y El hombre unidimensional. Su pensamiento jugó un importante papel en las revueltas estudiantiles de los  años 60 y el movimiento hippie, cuando Marcuse se convirtió en el principal filósofo que inspiró estos movimientos. Murió en 1979.  

Walter Benjamin

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Nació en Berlín en 1892. Era judío. Al igual que Macuse, era judío y también empezó a colaborar con la Escuela durante su traslado. Además de como filósofo marxista, destacó como crítico literario. Adaptó su temprana  vocación por el misticismo al materialismo histórico, al que se volcó en sus últimos años,  aportando una visión única en la filosofía marxista. Como erudito literario, se caracterizó por  sus traducciones de Marcel Proust y Charles Baudelaire.

Su ensayo La labor del traductor es  uno de los textos teóricos más célebres de este autor. Las Tesis sobre la filosofía de la historia, uno de los últimos textos de Benjamin, fue lo más cercano a una síntesis de sus últimos trabajos, que junto con los ensayos La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica y Para una crítica de la violencia, son sus textos más leídos. Murió en 1940. 

Erich Fromm

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Nació en Frankfurt en 1900 y era judío. Tras formarse como psicoanalista, Horkheimer le invitó a dirigir el Departamento de Psicología del Instituto de Investigación Social. Fromm participó activamente en la primera fase de las investigaciones interdisciplinarias de la Escuela de Frankfurt, hasta que a fines de los años 40 rompió con ellos debido a la heterodoxa interpretación de la teoría freudiana que desarrolló dicha escuela, la cual intentó sintetizar en una sola disciplina el psicoanálisis y los postulados del marxismo (freudomarxismo). Fue uno  de los principales renovadores de la pseudociencia psicoanalítica a mediados del siglo XX.  Murió en 1980.  

Jürgen Habermas

jurgen habermas escuela frankfurtNació el 18 de julio de 1929 en Düsseldorf. Estudió Filosofía, Psicología, Literatura alemana y Economía en la Universidad de Gotinga, Zurich y Bonn. Trabajó como periodista hasta que Adorno le invitó a formar parte del reinaugurado Instituto para la Investigación Social en Frankfurt.

Allí entra en contacto con la investigación social empírica y reorienta sus intereses hacia la teoría crítica de la sociedad. Con la publicación en los años sesenta de Estudiantes y Política en colaboración con Ludwig von Friedburg, comienza el tránsito de la primera generación a la segunda generación de la Escuela de Frankfurt, de la cual sería máximo representante. Entre 1964 y 1971 ejerció como profesor en la Universidad de Frankfurt y se convirtió en uno de los principales representantes de la Teoría Crítica, publicando obras como Conocimiento e interés.

En 1971 se traslada a Starnberg como director del Instituto Max Planck,  continuando con su labor de investigación, con obras como Problemas de legitimación en el  capitalismo tardío. En 1981 publica su obra más importante: Teoría de la acción comunicativa.  Entre 1983 y 1994 trabaja como profesor de Filosofía Social y Filosofía de la Historia de la  Universidad de Frankfurt, publicando obras como Conciencia moral y acción comunicativa o El discurso religioso de la modernidad.

Desde entonces no ha parado de recibir el reconocimiento  internacional en forma de premios, y ha ido ocupando un lugar cada vez más relevante en el  panorama intelectual no solo alemán, sino también europeo, de modo que su pensamiento se ha convertido en un auténtico referente moral de nuestro tiempo.

Libros recomendados sobre la Escuela de Frankfurt

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Gran Hotel Abismo. Biografía coral de la Escuela de Frankfurt

de Start Jeffries

En 1923, un grupo de jóvenes pensadores alemanes se reunió en Frankfurt con la intención de explicar el mundo moderno: entre ellos, Walter Benjamin, Theodor Adorno, Max Horkheimer y Herbert Marcuse. Este libro es una brillante biografía de grupo cuyo legado intelectual y político cambió la forma de pensar, y especialmente los temas sobre los que pensar.

de Laura Sotelo

Con este libro podrás conocer a fondo la filosofía de la historia de la Escuela de Frankfurt, la cual no es sino una reconstrucción, en la unidad en una categoría, de pensamientos de autores particulares, en contextos de inteligibilidad disímiles, ya que es imposible hablar de una reflexión unitaria sobre la historia en Adorno, Horkheimer y Marcuse.

de Rolf Wiggershaus

Uno de los estudios más completos sobre la Escuela de Fráncfort, vinculada a Adorno, Horkheimer, Benjamin, Marcuse, Fromm y Habermas. El autor estudia los orígenes y su desarrollo, los debates internos, su exilio y posterior retorno a Europa, su institucionalización y su influencia en el debate académico y político en las últimas décadas.

Referencias

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FOLLARI, R. (2008). La teoría de la comunicación. Las deudas pendientes con la Escuela de  Frankfurt, en TELOS Cuadernos de Comunicación e Innovación, Julio-Septiembre 2008, n. 76. <http://telos.fundaciontelefonica.com/telos/articuloperspectiva.asp@idarticulo=1&rev=76.htm>  [Consulta: 24 de abril de 2015].

TORAL REYES, S. (2011). La Escuela de Frankfurt, en Comunicación II, 14 de julio de  2011. <http://comunicacion2ucg.blogspot.com.es/2011/07/la-escuela-de-frankfurt.html> [Consulta: 15 de abril de 2015]. 

BRICEÑO LINARES, Y. (2010). La Escuela de Frankfurt y el concepto de Industria Cultural.  Herramientas y claves de lectura, en Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales,  Vol.16, n. 3, Septiembre-Diciembre, pp. 55-7. <http://www.academia.edu/3495882/La_Escuela _de_Frankfurt_y_el_concepto_de_Industria_Cultural._Herramientas_y_claves_de_lectura> [Consulta: 15 de abril de 2015].  

DEL PALACIO DÍAZ, A. (2005). La Escuela de Frankfurt: El destino trágico de la razón, en  Universidad Autónoma Matropolitana, abril de 2005. <http://www.uam.mx/difusion/revista/abr 2005 / palacio.pdf> [consulta: 13 de abril de 2015].  

MUÑOZ, B. (2009). La Escuela de Frankfurt: Primera generación, en Nómadas. Revista  Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Diccionario Crítico de Ciencias Sociales.  Terminología Científico-Social, Tomo 1/2/3/4, Ed. Plaza y Valdés, Madrid-México 2009.  <http://pendientedemigracion.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/E/ef_1generacion.htm>  [Consulta: 13 de abril de 2015].  

LEGUIZAMÓN, C. (2007). Corriente teóricas: Teoría Crítica o Escuela de Frankfurt, en  Saber y Comunicación. <http://saberycomunicacion.blogspot.com.es/2007/10/corrientes-teor icas-teora-crtica-o.html> [Consulta: 15 de abril de 2015].  

LINDA, C. (2012). Escuela de Frankfurt, en Modelos clásicos de comunicación, 19 de marzo  de 2012. <http://lindacristina16.blogspot.com.es/2012/03/escuela-de-frankfurt_19.html> [Consulta: 16 de abril de 2015]. 

BUOLESIS.COM (2014). Del proyecto de la Teoría crítica al desengaño de la razón, en buolesis.com. <http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/pensamiento/> [Consulta: 16 de abril de 2015].

1 comentario en “La Escuela de Frankfurt | Historia, ideas centrales y figuras relevantes”

  1. Me gustó como llaman a las cosas por su nombre, al citar a Erich Fromm: «Fue uno de los principales renovadores de la pseudociencia psicoanalítica».
    Algo con lo que el filósofo argentino contmporáaneo, Mario Bunge hubiera estado de acuerdo.
    Edgardo

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