Tema: el NOMIC
Autor: Javi Gracia
El Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC) fue un proyecto internacional de redistribución de los flujos globales de información a través de distintas acciones de gobierno y del tercer sector. La iniciativa fue promovida en los años 1970 (en el contexto de la Guerra Fría) por el Movimiento de Países No Alineados (MPNA) y recibió el apoyo de la Unesco.
Historia del NOMIC
En 1980, una comisión de esta organización investigó los problemas comunicativos del mundo y redactó un documento —el Informe MacBride—, el cual reunió una serie de medidas y actuaciones que tenían que producirse para reorganizar y equilibrar los flujos de información entre países desarrollados y subdesarollados. El estudio realizado corroboraba que la circulación de información a nivel global se realizaba en sentido único, y por tanto, era injusta.
Sin embargo, la fuerte oposición por parte de las organizaciones privadas de medios, a partir de entonces, acabó relegando el proyecto al olvido. Las estrategias impulsadas por la UNESCO fueron duramente rechazas desde el principio por EEUU y Gran Bretaña, países con grandes intereses en mantener el status quo comunicativo.
Además, la preocupación existente en torno a este asunto fue decayendo gradualmente hasta ser sustituido por otras cuestiones dentro de la agenda política y social.
En las décadas siguientes, la Unesco sustituyo el NOMIC en su programa político por otras propuestas más viables, como por ejemplo la democratización de la comunicación, la sociedad de la información y la inclusión digital.
Principios del NOMIC
Como documento orientado a reenfocar las políticas que determinan el poder sobre los medios de comunicación, el informe MacBride se sustentó en una serie de líneas de actuación:
- Promover la idea de que la comunicación es un derecho fundamental de los ciudadanos y grupos sociales
- Reducir los desequilibrios, las desigualdades y las distorsiones que se producen en el momento de la difusión de la información
- Fomentar una comunicación democrática global en la que se respeten las identidades culturales y los derechos individuales de los ciudadanos
- Desarrollar políticas de comunicación relacionadas con el proceso de desarrollo
Investigar cuáles deben ser las bases sobre las que se sostendría el NOMIC dentro de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI) - Por otro lado, el Informe MacBride enuncia una serie de puntos clave para la sostenibilidad y la solvencia del proyecto:
- Eliminación de los desequilibrios y desigualdades entre el tercer mundo y los países desarrollados
- Erradicar los efectos negativos que se producen por la creación de monopolios
- Liquidar las barreras, tanto internas como externas, que impiden la libre circulación y una difusión equilibrada de la información
- Garantizar la pluralidad de las fuentes y los canales de la información
- Garantizar, a su vez, la libertad de prensa y de información
- Aumentar la capacidad de los países del tercer mundo para mejorar la situación, el equipamiento y la formación profesional de los periodistas
- Cooperación de los países desarrollados hacia el cumplimiento del punto anterior
Respetar la identidad cultural y el derecho de cada país de informar a los ciudadanos del mundo de sus aspiraciones y sus valores, tanto sociales como culturales - Respetar el derechos de todos los pueblos del mundo a participar en los flujos de información internacionales
- Respetar los derechos de los ciudadanos de acceder a las fuentes de información y de participar activamente en el proceso de comunicación
Ventajas del NOMIC: ¿por qué era un plan utópico?
Tras enumerar las bases fundamentales del plan NOMIC, podemos afirmar una serie de beneficios que podría a haber supuesto su aplicación:
- Se trataba de un proyecto que propugnaba ideas justas, ecuánimes, de orden pacífico, que buscaban disminuir los desequilibrios, las situaciones de inferioridad e impulsar un estado de cosas más respetuoso con los derechos individuales y colectivos concernientes a la información, la comunicación y el uso de estas como servicio social.
- La limitación del dominio de los países ricos y la estimulación de las estructuras comunicativas de los países pobres situaría al comercio informativo internacional en una posición de negociación, intercambio y colaboración más provechosa para el conjunto del sistema económico y social global.
- Las naciones y estados sumisos a las potencias tendrían una independencia y control mayor sobre los recursos informativos y podrían emplearlos en su propio beneficio y desarrollo.
- Asimismo, las grandes potencias no perderían fuerza mediática, sino que esta se vería más equilibrada con las fuerzas de los demás países.
- El fortalecimiento y la incentivación de los medios y la infraestructura de los países subdesarrollados ayudaría a estos pueblos a estar en disposición de conocer su entorno, juzgar y cuestionar la realidad, emanciparse de las potencias internacionales y luchar por sus propios intereses y derechos.
Problemas del NOMIC: ¿por qué no prosperó?
En el otro lado de la balanza, el NOMIC tuvo una serie de frenos y que impidieron su implantación:
- Extrema dificultad para llevar a cabo las medidas y cambios políticos propuestos de forma coordinada atendiendo a las particularidades y las políticas propias de cada país.
- Existía el riesgo de que las grandes potencias se posicionaron frente a la iniciativa actuando por libre, lo cual también comportaba el peligro de que radicalizaran sus posturas políticas y económicas respecto a la idea de integrarse en un modelo más igualitario y global.
- Para materializar el NOMIC era necesario invertir grandes sumas de dinero en la potenciación de las estructuras informativas de los países pobres, incurriendo en unos costes y compromisos económicos que podían provocar a la larga, si la gestión no hubiese sido la correcta, situaciones de endeudamiento que agudizasen las diferencias sociales y agravasen la tesitura actual.