Autor: Laura Cobano
Tema: diferencia entre separación y divorcio
Diferencia principal entre separación y divorcio
Tanto la separación como el divorcio son términos que se refieren al cese de la relación de un matrimonio. Entre los dos existe una diferencia fundamental, que los hace términos muy diferentes en cuanto a la realidad de la pareja que los afronta.
La diferencia básica entre estos dos conceptos es que la separación no disuelve el vínculo matrimonial, lo que significa que los conyugues no pueden volver a casarse. Sin embargo, el divorcio sí disuelve el vínculo matrimonial. Esto significa que los cónyuges después de divorciarse, pueden volver a casarse entre sí o con otras personas, si así lo desean.
Similitudes entre la separación y el divorcio
Tanto el proceso de separación como el de divorcio comparten ciertas semejanzas para que ambos puedan llevarse a cabo. En los dos existen determinadas estructuras legales que cumplir, y ambos términos transforman las situaciones legales de los cónyuges, respecto del otro.
- Tanto en la separación como en el divorcio amistoso se debe preparar el convenio regulador. Es un documento en el que se reflejan las medidas por las que se van a regir los cónyuges en diferentes aspectos como el familiar (custodia de los hijos, régimen de visitas, pensión de alimentos, etc.) y el patrimonial (uso y disfrute de la vivienda familiar, liquidación del régimen económico, etc.)
- Tanto la separación y como el divorcio permiten que uno de los cónyuges tenga derecho a la pensión de viudedad de forma vitalicia, en caso de que alguno de los dos muera.
- El hecho de tramitar la separación o el divorcio impide los derechos de los cónyuges o excónyuges a heredar abintestato (sin dejar testamento) sobre los bienes del otro.
- En ambos trámites solo es necesaria la voluntad de uno de los cónyuges y que hayan transcurrido al menos tres meses después del matrimonio.
La separación matrimonial
La separación matrimonial es una situación jurídica que se sitúa a un paso intermedio entre el matrimonio y el divorcio. Hay que tener en cuenta que en muchos ordenamientos jurídicos, la ley no contempla la posibilidad de tramitar un divorcio. Esto ocurre principalmente por motivos religiosos o culturales.
En qué consiste
La separación matrimonial es el acto por el que una pareja decide poner fin a su relación. Es la decisión de los cónyuges de poder fin a su convivencia y comenzar vidas independientes.
Aunque la convivencia se termina, no se contempla la posibilidad de contraer de nuevo matrimonio, ya que la separación no anula el vínculo matrimonial.
Formas de tramitar una separación
La forma en la que una separación se tramite dependerá de si la voluntad de separarse de los cónyuges es mutua o no.
De mutuo acuerdo
Quiere decir que ambos cónyuges están de acuerdo en llevar a cabo la separación. En este caso, la demanda puede ser presentada por los dos o por uno de ellos, con el consentimiento del otro.
Se puede tramitar con intervención judicial o sin ella. En muchas ocasiones, la pareja decide simplemente separarse, cesar la convivencia y seguir con sus vidas.
En este caso, la separación se llama “de hecho”. No hay intervención judicial, pero se recomienda elaborar un documento y presentarlo ante notario para que quede constancia del momento en el que el matrimonio se separó, y los términos en los que se va a llevar cabo la separación, custodia de los niños, pensiones, régimen de visitas, etc.
Otro tipo de separación de mutuo acuerdo es la que se decide tramitar por vía jurídica. Del mismo modo que en el caso anterior, la demanda es presentada por uno de los cónyuges, con la autorización del otro, o por los dos a la vez.
En este tipo de separación sí hay intervención de un juez. También existe la necesidad de redactar un convenio regulador donde estén representados los términos en los que la separación será llevada a cabo de mutuo acuerdo.
Este tipo de separación se realiza a través de un abogado y un procurador. El primero es el que se encarga de redactar el convenio regulador, acorde a las especificaciones del matrimonio, y el segundo, representa al matrimonio ante el juzgado recibiendo las resoluciones que se notifiquen.
Separación contenciosa
La separación contenciosa ocurre cuando los cónyuges no se ponen de acuerdo respecto a las condiciones en las que se va a llevar a cabo la separación, o cuando solo uno de los cónyuges quiere separarse.
En este caso, es el juez quien decide todos los términos relativos a cómo va a llevarse a cabo la separación. Es decir, custodia de los niños, régimen de visitas, repartición de los bienes comunes del matrimonio, pensiones, etc. Esto ocurre porque no hay un convenio regulador redactado de mutuo acuerdo por la pareja.
Es un proceso de separación más largo y costoso, ya que los cónyuges no pueden compartir abogados y el tiempo de los trámites es más largo. Este tipo de separación suele ser la más difícil, a nivel emocional, para todos los miembros de la familia.
Sin embargo, en cualquier momento de la separación contenciosa, se puede revertir la situación y transformándola en una separación de mutuo acuerdo.
Qué implica separarse
Principalmente, separarse implica que cesa la convivencia de los cónyuges. A partir de ahí, todo dependerá de los términos en los que la separación se lleve a cabo.
Si es una separación de hecho, llevada a cabo de mutuo acuerdo, realmente no hay derechos y obligaciones de ningún tipo, porque ningún juzgado ha dictaminado una sentencia sobre los términos en los que se debe llevar a cabo la separación.
Si la separación se realiza por la vía jurídica, entonces, tanto si es de mutuo acuerdo como si no, habrá una serie de derechos y obligaciones decretados de forma legal que deberán cumplirse. Pero, en ambos casos, habrá una suspensión de la convivencia y un cese de la posibilidad de vincular bienes del otro cónyuge en el ejercicio de la potestad doméstica.
Separación con hijos
Una vez más, los términos en los que la separación se lleva a cabo, y por lo tanto como eso afecta a los hijos de pareja que se divorcia, dependerán de si la separación se realiza de mutuo acuerdo o no y si se lleva a cabo de forma legal o no.
En una separación de hecho, no hay obligaciones y tampoco hay ninguna legislatura que regule y vele por los intereses de los menores. También es cierto que, como este tipo de separaciones suelen ser muy amistosas, no es necesario que exista tal legislatura.
En las separaciones legales, que se hacen por vía judicial, tanto de mutuo acuerdo como de forma contenciosa, prevalece el principio “favor filii” que da prioridad a los intereses de los menores por encima de los intereses de la pareja.
Es una forma de evitar que los menores sean utilizados como armas arrojadizas por los padres y madres durante estos procesos para evitar el pago de pensiones, quedarse con la casa o castigar a la expareja.
Cuánto cuesta una separación
De nuevo, todo depende de los términos en los que se realice la separación.
Por norma general, las separaciones de mutuo acuerdo son más económicas y tienen un precio cerrado que oscila entre 400 y 900 euros, dependiendo del abogado, el procurador, etc. Costará más si hay hijos de por medio.
Las separaciones contenciosas, son mucho más costosas porque hay que contratar dos abogados diferentes, los trámites se alargan, hay mucho más papeleo, etc. Los costes pueden rondar entre 1200 y 1500 euros, e incluso más, si la pareja tiene sociedades o empresas en común.
El divorcio
Si la separación es el cese de la convivencia, el divorcio es el cese del vínculo matrimonial. Conlleva la disolución total del vínculo matrimonial y deja a los cónyuges en la posición de poder contraer de nuevo matrimonio legalmente si lo desean.
En qué consiste
El divorcio es el proceso judicial por el que una pareja unida en matrimonio decide poner fin a su relación, disolver la sociedad económica en común, y volver a casarse con quien deseen.
Aunque legalmente en España entró en vigor en 1981, no fue hasta 2005 que el divorcio tuvo su impulso. Esto fue así porque antes se exigía por ley que una pareja estuviera legalmente separa antes de poder divorciarse, o que hubiera una causa para pedir el divorcio, que fuera alegada por uno de los miembros y aprobada por un juzgado.
En 2005 se hizo una reforma que anuló todas estas barreras, pudiendo solicitar un divorcio sin alegar causa alguna, y sin la obligación de estar en situación legal de separación previamente.
Formas de tramitar un divorcio
De la misma forma que pasa en la separación, un divorcio puede tramitarse de mutuo acuerdo o no. Ahora bien, siempre debe haber algún tipo de trámite legal.
Antes de 2015, los divorcios debían resolverse siempre en un juzgado, pero a partir de ese año, los divorcios pueden ser resueltos ante notario y de forma amistosa, siempre que se cumplan una serie de condiciones.
Divorcio de mutuo acuerdo o notarial
El divorcio notarial también se conoce como divorcio exprés, ya que es la vía más rápida, y sin duda la menos costosa, para tramitar un divorcio. Sin embargo, no todos los matrimonios pueden disolverse a través de un notario, pues hay unos requisitos específicos para poder hacerlo.
- Haber transcurrido tres meses desde el matrimonio.
- El divorcio debe ser de mutuo acuerdo siempre, sin excepciones. Si no existe la posibilidad de llegar a un acuerdo de conformidad entre los cónyuges, la única forma de tramitarlo será a través de un juzgado.
- Formular un convenio regulador en escritura pública ante notario, donde se especificarán las medidas que regularán los efectos del divorcio. Por ejemplo, atribución del uso de la vivienda familiar o la posible pensión compensatoria a favor de uno de los cónyuges.
- Declarar en la escritura pública la intención inequívoca de los cónyuges de divorciarse.
- Los esposos estarán asistidos por letrados, pero solo en el momento de firmar.
- Y la condición más determinante, que no existan en el matrimonio hijos menores de edad no emancipados o con la capacidad modificada judicialmente y que dependan de los padres.
Divorcio contencioso
Es sin duda el método más difícil y costoso para obtener el divorcio. Sucede cuando ambas partes no son capaces de llegar a un acuerdo sobre los términos en los que debe llevarse a cabo el mismo.
Entonces la decisión queda en manos de un juez, que para valorar la situación, puede solicitar todo tipo de papeles, pruebas médicas, exámenes psicológicos, etc. Además un divorcio contencioso se tramitará como un juico verbal, con la dilatación en el tiempo que eso conlleva.
La parte económica también es mucho más elevada, ya que ambas partes deben contratar abogados que los representen y según el caso, asumir el coste del papeleo que se necesite tramitar, así como de las pruebas médicas o los exámenes psicológicos si fueran necesarios.
El coste emocional también es mucho mayor en este tipo de divorcios, donde las partes más dañadas suelen ser los niños.
El único requisito legal para tramitar un divorcio contencioso, es que hayan pasado al menos tres meses desde la fecha en la que se contrajo matrimonio. Hay algunas excepciones para este requisito, como por ejemplo, si la vida de alguno de los cónyuges corre peligro.
Qué implica divorciarse
El divorcio supone la disolución del vínculo matrimonial tras una sentencia judicial o un proceso ante notario. A diferencia de la separación, el divorcio disuelve completamente el vínculo entre los cónyuges, que son libres de volver a contraer matrimonio legalmente si así lo desean.
Divorcio con hijos
Si existen hijos menores en la pareja no emancipados o hijos mayores que legalmente dependan de los padres por algún motivo, el divorcio exprés no podrá realizarse, tendrá que ser un divorcio que se tramite siempre por una vía judicial.
El tipo de decisiones que tomará el juez respecto al cuidado y la manutención de los hijos, dependerán de si el juicio es amistoso y se tramita presentando un convenio regulador o no.
En caso de que sea un juicio contencioso, será el juez quien tenga que valorar todas las cuestiones referentes a los hijos, pudiendo solicitar declaraciones, pruebas médicas, valoraciones psicológicas, etc.
Pero en todos los casos, prevalece el principio de “favor filii” que vela por los intereses de los niños menores o dependientes, por encima de los intereses de la pareja.
Cuánto cuesta un divorcio
Todo depende de si se realiza de mutuo acuerdo o no y de si se tramita por vía judicial o por vía notarial.
De forma general, el precio medio de un divorcio de mutuo acuerdo en España es de 1000 euros. Lo bueno de estos divorcios es que los cónyuges pueden compartir el mismo abogado y procurador y por lo tanto abaratar los costes.
Los costos de un divorcio contencioso se disparan. Entre procuradores y abogados, que son más caros para este tipo de divorcios, papeleo, psicólogos o peritos infantiles si hay hijos menores de por medio, informes médicos, etc. Los gastos pueden llegar a 10000 euros fácilmente, siempre y cuando no se quiera recurrir la sentencia, lo que elevará el coste aun más.
Diferencias entre la separación y el divorcio
Partiendo de la base de que ambos son procesos por los que una pareja casada, de un modo u otro, pone fin a su relación los dos tienen una diferencia fundamental.
La separación implica el cese de la convivencia y la pérdida de derechos sobre la vinculación de los bienes entre los cónyuges. Pero no anula completamente el matrimonio, ni permite volver a casarse a ninguno de los cónyuges que la lleven a cabo.
El divorcio es un paso más allá y conlleva la disolución total del matrimonio. De esta forma no solo se cesa la convivencia, sino que, el vínculo se deshace y los cónyuges son libres para volver a casarse otra vez.
Qué opción es mejor
A veces no es cuestión de opción, sino de necesidad. Es decir, hay muchas legislaturas que no contemplan el divorcio como opción debido a motivos culturales y religiosos, por lo que la separación es la única alternativa posible.
Antes, la separación era un trámite obligado para obtener un divorcio, pero ahora ya no lo es, por lo que si una pareja está segura de su decisión de separarse y quiere ser libre completamente para contraer matrimonio otra vez, lo mejor es el divorcio.
Si es algo que puede ser temporal o que no está decidido del todo, pero sí que hay una intención de dejar de convivir juntos, y además, se quiere acordar regular la economía familiar de una forma diferente a como se hacía durante el matrimonio, tal vez la separación sea la mejor opción.
La mediación familiar como alternativa a separaciones o divorcios contenciosos
La mediación familiar es un proceso voluntario a través del cual los cónyuges que no son capaces de llegar a un acuerdo, encuentran una vía objetiva para intentar solucionar sus dificultades.
Este proceso es llevado a cabo por la figura del mediador, que escucha objetivamente a ambas partes y tras analizar la información recabada, propone tratos y acuerdos. Nunca decide el mediador, siempre son los cónyuges, pero el mediador ayuda a encontrar puntos en común.
Las ventajas de este proceso son muchas, lo que podría ser un divorcio contencioso, caro, dañino emocionalmente y prolongado en el tiempo, puede resolverse tras la firma de un documento con arreglos de mutuo acuerdo, presentado por el mediador. Transformándose en un divorcio de mutuo acuerdo más rápido y de menor coste en todos los sentidos.
Es una buena opción para los cónyuges que no son capaces de entablar un diálogo con facilidad, para gestionar su separación o divorcio, y sobre todo, ahorra a los niños muchos procesos hirientes y dañinos, contribuyendo a velar por sus intereses de una forma mucho más sana y emocionalmente equilibrada.