Tema: organización ambidiestra, ambidestreza organizacional
Autor: Javi Gracia
En el mundo empresarial actual, la innovación y la adaptabilidad son factores clave para el éxito de una empresa. Para ello, una organización ambidiestra puede ser una herramienta muy útil. Pero, ¿qué es una organización ambidiestra? En este artículo, examinaremos en detalle qué es una organización ambidiestra, cómo funciona, sus características y beneficios, y las claves para implantar este sistema en una empresa.
Qué es una organización ambidiestra
Las organizaciones ambidiestras, también llamadas bimodales, son aquellas capaces de planificar su futuro y desarrollar modelos de negocio innovadores mientras siguen operando de forma eficaz con sus medios y estructura actual. Dicho de otra manera, una organización ambidiestra es aquella que encuentra el equilibrio entre la explotación de sus actividades actuales y la exploración de nuevas oportunidades de negocio a través de la innovación.
A través de este enfoque, las empresas pueden obtener un buen rendimiento mediante la gestión a corto plazo de sus recursos mientras estudian nuevas posibilidades de transformarse y ser más competitivas y sostenibles en el futuro. Mientras una “mano” se enfoca en el ahora y en lo que se puede mejorar dentro de la empresa, la otra mira al futuro y aquello que se puede incorporar desde fuera para darle un valor añadido al negocio.
¿Se puede garantizar que los talentos y capacidades presentes en cada área no solo evolucionen en el tiempo, sino que también conversen entre ellos sincrónicamente? ¿Es posible asegurar la eficiencia y la optimización de los procesos de la empresa en el presente al tiempo que se actúa de forma visionaria generando nuevas iniciativas e innovaciones dentro de un caos controlado? Además de desarrollar ambos modelos de trabajo simultáneamente, las empresas ambidiestras son capaces también de lograr que el aprendizaje generado en cada una de las dos áreas se transmita en tiempo real a la otra.
Es decir, combina la eficiencia y el rendimiento en la gestión diaria de la empresa con la capacidad de innovar y desarrollar nuevos productos, servicios o modelos de negocio. En lugar de centrarse únicamente en la eficiencia y la mejora de procesos actuales, una organización ambidiestra fomenta la creatividad y la experimentación para encontrar nuevos productos, servicios o modelos de negocio.
Cómo funciona una organización ambidiestra
El funcionamiento de una organización ambidiestra se basa en la existencia de dos tipos de unidades organizativas: las unidades de explotación y las unidades de exploración. Las primeras se encargan de gestionar las actividades y procesos actuales de la empresa, mientras que las segundas se dedican a la investigación y desarrollo de nuevas ideas, productos y servicios.
Una organización ambidiestra se estructura en dos tipos de unidades organizativas: las unidades de explotación y las unidades de exploración. Las unidades de explotación se encargan de la gestión diaria de la empresa, mientras que las unidades de exploración se dedican a investigar nuevas oportunidades y a desarrollar nuevos productos, servicios o modelos de negocio.
Características de las organizaciones ambidiestras
Para que una empresa se pueda considerar ambidiestra, debe reunir una serie de características:
- Equilibrio entre los mecanismos de exploración e innovación y las actividades de gestión de la operativa de la empresa.
- La exploración y la explotación deben ser vasos comunicantes, el aprendizaje debe transmitirse en ambos sentidos.
- Existencia de una cultura innovadora que fomente la creatividad y la experimentación.
- Adopción de la colaboración y el trabajo en equipo entre las distintas unidades de la empresa.
- Definición de objetivos y métricas claras, tanto para la exploración como para la explotación.
Beneficios de ser una empresa ambidiestra
La ambidestreza organizacional tiene diversos beneficios, los más importantes son los siguientes:
- Permite asegurar los resultados de la empresa sin perder de vista la adaptación a los cambios en el mercado. Es decir: se consigue una mayor capacidad de innovación y, a la vez, una mayor eficiencia en la gestión diaria de la empresa.
- Sirve para crear nuevos productos y servicios que respondan a las nuevas demandas, así como ampliar el negocio a nuevos mercados. Por tanto, representa una oportunidad de crecimiento y de mejora de la competitividad a largo plazo.
- Se fomenta una mayor seguridad y estabilidad interna, lo cual contribuye a mejorar el clima laboral, el bienestar, la satisfacción de los empleados y el compromiso con la organización. Gracias a ello, se conserva el talento en la organización.
- Permite promover la creatividad, el emprendimiento y el cambio organizacional con el fin de mejorar la empresa, lo cual aumenta la motivación y la implicación de los equipos y la consecución de los objetivos estratégicos.
¿Cómo se puede medir la ambidestreza organizacional?
Las métricas que se utilizan en la parte de explotación empresarial son las tradicionales: ingresos, ventas, márgenes, cuota de mercado, ticket promedio por cliente, costes operativos, tiempos de producción y cualquiera de los datos que se estudian en el corto plazo.
En cambio, la parte de exploración requiere métricas diferentes, más complejas de cuantificar, como por ejemplo la cantidad de aprendizajes obtenidos, hipótesis validadas y refutadas, capacidades adquiridas o desarrolladas, nuevos mercados alcanzados o actores del ecosistema con los que se han forjado alianzas. También se pueden medir las iteraciones, los testeos o la cantidad de inversionistas externos reclutados.
Las métricas de exploración son más indeterminadas y abstractas que las de explotación. Esto hace necesario cambiar la mentalidad de los líderes, ejecutivos y analistas para que puedan adaptarse y comprender el valor de estas mediciones, sobre todo si vienen ámbitos de negocio o sectores más tradicionales. Si bien los aspectos que se miden son muy distintos en cada caso, son complementarios y proporcionan información muy valiosa que se puede utilizar recíprocamente.
Cómo implantar la ambidestreza organizacional en la empresa
Para implantar este sistema en una empresa, deben darse las circunstancias propicias y producirse una serie de cambios en la empresa. Las claves esenciales son:
Compromiso de los líderes
Uno de los factores esenciales, por no decir el más importante, es que los líderes actúen con convicción para introducir el caos controlado en la empresa. Cuando un negocio funciona eficientemente y de forma organizada, se genera mayor resistencia ante la perspectiva de introducir mecanismos de disrupción y movimiento por temor a que los resultados empeoren (el famoso “si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?”).
Sin embargo, es fundamental que los ejecutivos y la alta dirección apoyen este tipo de cambios y lideren la transformación de la cultura organizativa, estableciendo objetivos y metas claras para la exploración y la explotación. De lo contrario, el mundo evoluciona y los mercados cambian mientras que el negocio se estanca y queda obsoleto.
Gestión eficiente y ejecución
El emprendimiento lleva asociada la tarea de generar nuevas ideas, crear nuevos productos y servicios y testearlos. Pero cuando llega el momento de explotar esa innovación, muchos emprendedores carecen de las capacidades o competencias necesarias para gestionar esos productos y conseguir generar un negocio rentable.
El emprendimiento debe consumarse en una gestión eficiente de día a día para que las ideas generadas generen un rendimiento. Todo ello sin frenar los procesos de innovación, que deben discurrir en paralelo de forma efectiva y sin trabas. Se trata, en definitiva, de conciliar la capacidad de innovación con la capacidad de ejecución.
Cambio cultural y adopción progresiva de los cambios
Para implantar una organización ambidiestra, es necesario que el cambio cultural impulsado por los líderes se transmita a todos los integrantes de la empresa a lo largo de su organigrama. La organización debe estar preparada para que cuando se implementen los cambios y las innovaciones pasen a producción, no se caiga en la ineficiencia o el colapso.
Es habitual que las empresas que generan nuevas líneas de negocio o se abren a nuevos mercados sufran un aumento de la carga de trabajo o una pérdida de productividad en otros apartados. Hay que saber entender cuál es el mejor momento para introducir dichos cambios para que no provoquen este tipo de problemas. Hay proyectos core que tardan más de un año en ejecutarse y que, cuando salen al mercado, las necesidades del consumidor pueden haber cambiado.
Las organizaciones ambidiestras precisamente buscan un equilibrio y romper esos paradigmas para que el cambio se asuma de forma gradual en el día a día. Se van adoptando progresivamente las mejoras y cambios relacionados con los procesos de innovación. De esta manera, se vuelve mucho más fácil innovar sin paralizar la operatividad de la empresa y manteniendo la sostenibilidad de la misma en términos económicos.
Saber gestionar el nivel de frustración
Los niveles de frustración son muy altos en el área de exploración. Normalmente se piensa en innovar como un trabajo emocionante y estimulante y, aunque eso es verdad, no es menos cierto que hay que tener una capacidad de resiliencia importante, ya que la crispación y el agotamiento mental pueden ser muy elevados. Por lo tanto, hay que romper con la idea de que innovar es un camino siempre feliz y exento de problemas y verlo como lo que es: un proceso muy gratificante en el que vas a tener que enfrentarte a retos, problemas y dificultades.
Crear una estrategia de marketing adecuada
Habitualmente, las organizaciones y equipos suelen tratar las exploraciones e innovaciones de forma análoga a como lo han hecho en los procesos de explotación. Es decir, se ponen en práctica el mismo tipo de campañas, estrategias y técnicas que ya funcionaban en la explotación de los productos y servicios que se comercializaban hasta el momento.
Sin embargo, que esos mecanismos funcionen en las actividades previas no significa que lo vayan a hacer en los nuevos lanzamientos. Ahí está uno de los mayores errores que se cometen cuando se quiere llevar una innovación al mercado. A veces, es necesario que esos nuevos productos y servicios maduren, al igual que el público al que se dirigen, y estudiar muy bien, a través de testeos, cuál es la estrategia adecuada para ellos.
Formación continua
También es necesario fomentar la formación y el aprendizaje continuo en la empresa, para que los empleados estén capacitados para generar nuevas ideas y llevarlas a cabo.
Mediciones y seguimiento
Asimismo, se debe establecer un sistema de medición y seguimiento de los resultados de ambas unidades, para detectar oportunidades de mejora y ajustar la estrategia en consecuencia. Esto es importantísimo porque, si no se miden los datos, es imposible saber si los proyectos y cambios funcionan.
Retos de las empresas para para lograr la ambidestreza
La mayoría de las empresas que quieren adoptar la ambidestreza organizacional son empresas que conocen muy bien su mercado y el contexto en el que operan. Pero se enfrentan a movimientos muy grandes y abruptos en los que se hace necesario tener una parte de exploración sólida capaz de dar respuesta a las necesidades cambiantes.
Redirección estratégica y construcción del embudo de ventas
Ante esta situación, el primer reto de las organizaciones es la construcción de un pipeline (embudo de ventas) sólido. Las organizaciones deben saber identificar hacia dónde debería encaminarse el negocio y qué oportunidades hay para llevar a cabo esa redirección estratégica utilizando la innovación.
Agilidad operativa y flexibilidad de los procesos
El segundo reto tiene que ver con la optimización de los procesos operativos. Actualmente, la mayoría de las empresas tienen todavía procesos muy pesados y robustos, poco flexibles. Cuando se necesita realizar una exploración, se requieren procesos mucho más ágiles y rápidos, menos rígidos y estructurados. Este es uno de los motivos por los que la implementación de metodologías ágiles está en auge.
Las organizaciones necesitan avanzar más rápido, pero, teniendo en cuenta cómo están diseñadas, son incapaces de lograrlo. Por este motivo, ven cómo sus competidores, muchos de ellos empresas nuevas que ya han nacido con otro tipo de sistemas y paradigmas, les ganan la partida. El problema es que, aunque necesitan moverse y cambiar, no pueden sacrificar ese proceso operativo ordenado y estructurado que tienen ahora, ya que es lo que les permite funcionar desde el punto de vista de la explotación del negocio.
La transformación digital como medio, no como fin
En los procesos de transformación digital, la tecnología debe concebirse como un medio y no como un fin. En un entorno sujeto al cambio permanente, los productos digitales y soluciones tecnológicas que se implantan deben tener la finalidad de resolver problemas concretos dentro de las empresas para garantizar que se adapten y sean capaces de seguir operando con solvencia y flexibilidad.
Además, la tecnología adoptada debe estar alineada con la estructura interna de la compañía e integrarse con los sistemas que ya se poseen. Es decir, frente al error común de incorporar herramientas digitales aisladas como mecanismo de urgencia, hay que procurar que las herramientas que se introducen estén conectadas y centralizadas y se adapten al contexto general de la empresa.
Conclusión
En resumen, una organización ambidiestra es aquella que es capaz de combinar eficiencia y rendimiento en la gestión diaria con la innovación y la exploración de nuevas oportunidades. Para implantar este sistema en una empresa es necesario un cambio cultural liderado por la alta dirección, fomentar la formación y el aprendizaje continuo, establecer objetivos claros y un sistema de medición y seguimiento de los resultados. Con una organización ambidiestra, las empresas pueden aumentar su capacidad de adaptación y competitividad en un entorno empresarial cambiante y exigente.