Autor: Daniel Corona
Tema: diferencia entre antígeno y anticuerpo
Recientemente hemos escuchado mucho los términos “antígenos” y “anticuerpos” debido a la pandemia global de Covid-19 que se ha hecho presente durante los 2 últimos años. Entre temas inmunológicos, pruebas de antígenos y pruebas de anticuerpos, hemos escuchado estos conceptos de forma recurrente. Pero, ¿sabes realmente cuál es la diferencia entre antígeno y anticuerpo? En este artículo te lo explicamos.
Antígenos y Anticuerpos
Sabemos que estos términos tienen relación con el sistema inmunológico, incluso sabemos que existen “pruebas de antígenos” para detectar la presencia del virus en nuestro cuerpo, pero la realidad es que aún existen muchas confusiones al respecto.
Diferencia entre antígenos y anticuerpos
Tanto los anticuerpos como los antígenos son elementos que forman parte del sistema inmunológico como elementos antagónicos.
Por un lado, se denomina “antígeno” cualquier sustancia ajena a nuestro organismo y que pueda producir un perjuicio en él, provocando además una reacción en nuestro sistema inmunológico.
Dentro de los antígenos están las toxinas, los virus, las bacterias o básicamente, cualquier elemento que sea ajeno a nuestro organismo. Los antígenos tienen una proteína que es la forma en la que son identificados por nuestro sistema inmunológico.
Por su parte, los anticuerpos son proteínas que son producidas por nuestro sistema inmunológico y que reaccionan ante cualquier elemento ajeno y dañino que se pueda hacer presente (antígenos).
De manera concreta, los anticuerpos se producen por los linfocitos B y cada antígeno tendrá un anticuerpo en particular. En otras palabras, los anticuerpos son los elementos mediante los cuales, nuestro organismo se defenderá de la presencia de elementos externos potencialmente dañinos.
Los anticuerpos son adaptables dependiendo del antígeno en cuestión, es decir, cada anticuerpo atacará de forma particular a un solo antígeno.
Antígenos
Qué son los antígenos
Una forma simple de definir los antígenos es decir que son cualquier substancia capaz de generar una reacción por parte de nuestro sistema inmunológico. Los antígenos pueden ser moléculas simples, o bien toxinas, lípidos, carbohidratos o elementos que busquen invadir nuestro organismo, como lo son los virus, las bacterias o los hongos.
Los antígenos también pueden estar presentes en los tejidos de nuestro organismo, e incluso, en las células cancerígenas.
Características de los antígenos
En principio, los antígenos contienen un epítopo, que es el elemento de su estructura que será reconocido por los anticuerpos y, de esa forma, el organismo envía el anticuerpo indicado para combatir al elemento invasor. Ahora, las principales características de los antígenos son las siguientes:
- Elementos ajenos: Para que exista una respuesta del sistema inmunológico, es fundamental que la molécula o el elemento en cuestión sea ajena al organismo huésped.
- Tamaño: El tamaño de los antígenos es fundamental para que exista una respuesta inmunológica. Para que un antígeno sea reconocido como tal, es necesario que tenga un peso superior a los 10,000 Daltons. Como referencia, el Dalton es una unidad de medida estándar que representa una duodécima parte de un átomo.
- Composición química: Los antígenos deben de tener una composición estructural compleja. Las proteínas y los carbohidratos suelen ser los antígenos más potentes mientras que los lípidos por lo general no actúan como tal.
Funcionamiento de los antígenos
Como lo hemos mencionado anteriormente, los antígenos son cualquier elemento ajeno que se presenta en nuestro organismo y que genera una reacción inmunológica. Para que esta reacción se dé, es necesario que cuenten con un epítopo, que es el elemento que será reconocido por nuestro sistema inmunológico y gracias al cual, el anticuerpo indicado se hará presente para “enfrentar” al elemento ajeno.
No podemos hablar de una función en particular, ya que cada antígeno es distinto y funciona de un modo muy particular. No es comparable el accionar del virus Sars Cov-2 con el de la bacteria causante de la gonorrea por poner un ejemplo.
Tipos de Antígenos
Existen distintas formas de clasificar a los antígenos, sin embargo, de acuerdo con la publicación “Microbiología e Inmunología” existen dos tipos de antígenos:
- T-independientes: Son los que provocan una estimulación directa en los linfocitos B, logrando así que se generen anticuerpos de forma inmediata.
- T-dependientes: Por su estructura, estos antígenos no logran estimular la producción de anticuerpos de forma directa.
Otra forma más simple de clasificarlos es mencionar que existen 4 tipos de antígenos, los cuales son: toxinas, productos químicos, bacterias y virus.
Ejemplos de antígenos
Existen multitud de antígenos, pero podemos mencionar algunos de los más comunes:
- Alérgenos en general, como el polen
- Bacterias
- Cualquier tipo de virus, como el Sars COV-2, causante del Covid-19
- Parásitos, como la lombriz intestinal
Pruebas de antígenos
Las pruebas de antígenos son “pruebas rápidas” que permiten detectar la presencia de un virus en nuestro organismo. Si bien existe un margen de error relativamente elevado, su principal ventaja es la velocidad de los resultados.
Para explicarlas de forma simple, estas pruebas buscan detectar la presencia de las proteínas relacionadas con un agente infeccioso en particular. Estas pruebas se popularizaron ampliamente durante la pandemia por Covid-19, gracias a que su costo era menor y los resultados estaban listos en pocos minutos.
Anticuerpos
¿Qué son los anticuerpos?
Los anticuerpos son proteínas que se generan en nuestro sistema inmunológico y que tienen la misión de protegernos o defendernos ante cualquier elemento extraño que atente contra la salud.
Características de los anticuerpos
Estructuralmente hablando, los anticuerpos cuentan con dos cadenas ligeras y otro par de cadenas pesadas en su parte constante. Además, presentan una parte variable la cual se puede adaptar de acuerdo a la gran cantidad de antígenos que se pueden presentar, de ahí que los anticuerpos puedan cubrir una auténtica función de defensa para nuestro organismo.
Los anticuerpos tienen forma de “Y”, y su parte constante puede ser una de las cinco estructuras existentes y que determinan el tipo de anticuerpo en cuestión: IgG, IgM, IgD, IgE o IgA.
Funcionamiento de los anticuerpos
Los anticuerpos son producidos por los linfocitos, y cada anticuerpo es capaz de responder sólo ante un tipo específico de antígeno. La función protectora de los anticuerpos se da de tres formas distintas:
- Neutralizan a los patógenos evitando que entren y se alojen en las células.
- Recubren a los patógenos, favoreciendo así a su pronta eliminación.
- Estimulan formas complementarias de respuestas inmunes en nuestro organismo, generando así la eliminación de los patógenos.
Tipos de anticuerpos
Existen 5 tipos de anticuerpos:
- IgA: Los encontramos en vías respiratorias, tracto digestivo, oídos, ojos, flujos vaginales e incluso en la leche materna. Estos anticuerpos protegen zonas de nuestro cuerpo que pueden estar en contacto con el exterior. Representan entre el 10 y el 15% del total de anticuerpos presentes.
- IgG: Los encontramos en la sangre de nuestro organismo y representan más del 70% del total de anticuerpos en nuestro organismo. Fundamentalmente nos protegen de virus y bacterias. Tras una infección o una vacunación, este tipo de anticuerpos puede demorar cierto tiempo en formarse.
- IgM: De igual manera los encontramos en sangre y sistema linfático y constituyen la respuesta primaria ante una invasión, es decir, que es el primer anticuerpo en formarse tras una infección. Representan entre el 5 y el 10% del total de anticuerpos.
- IgE: Los encontramos en la piel, en los pulmones y en membranas. Estos son los encargados de protegernos de elementos alérgenos como polen y esporas. Representan un porcentaje menor del total de anticuerpos. Entre más altos sean los niveles de IgE en nuestro organismo, significa que es más probable que estemos presentando un problema de alergias, razón por la cual se elevaron los niveles de este anticuerpo.
- IgD: Son los menos frecuentes y sólo están presentes en algunos tejidos de la zona abdominal, así como a la altura de nuestro pecho. Al momento, se tiene poca información respecto al funcionamiento y las características de este anticuerpo.
Ejemplos de los anticuerpos
Cuando hablamos de ejemplos de anticuerpos, tenemos que recordar que cada uno de ellos tiene una parte variable con la que se adaptan al antígeno en cuestión. Por lo tanto, la cantidad de anticuerpos puede ser infinita, pero todos ellos están clasificados en alguno de los 5 tipos de anticuerpos que vimos en el punto anterior.
Pruebas de anticuerpos
Los anticuerpos son una proteína que nuestro cuerpo produce para poder defender al organismo de la presencia de algún antígeno potencialmente dañino. Las pruebas de anticuerpos, también conocidas como pruebas serológicas, lo que hacen es determinar la presencia de estas proteínas en nuestro cuerpo con lo cual, podemos saber si nuestro organismo está preparado en caso de que el antígeno (o la enfermedad) se presente.
Estas pruebas se han vuelto muy populares durante la pandemia global por Covid-19. Es importante señalar que esta prueba no sirve para detectar si la enfermedad está presente al momento de realizarla. Más bien, esta prueba determina si contamos con los anticuerpos en nuestro organismo, ya sea por un contagio previo o bien, por las vacunas recibidas.
Reacción antígeno / anticuerpo
Cuando hablamos de la reacción antígeno anticuerpo, estamos hablando de una función complementaria. La existencia del anticuerpo está supeditada a la presencia del antígeno. Cada anticuerpo reconocerá y posteriormente, se unirá a un antígeno buscando neutralizarlo. Existen 4 principales reacciones una vez que se da esta unión:
- Precipitación
- Aglutinación
- Neutralización
- Opsonización
Dudas frecuentes sobre antígenos y anticuerpos
¿Cómo se unen los anticuerpos a los antígenos?
El proceso de unión es algo complejo. Como ya lo vimos anteriormente, cada anticuerpo posé una parte variable, la cual lo diferencia de cualquier otro. Sin embargo, esta variabilidad no está distribuida de forma uniforme.
Una vez que el organismo detecta la presencia de un antígeno, comienza la producción de anticuerpos los cuales identificarán a estos elementos ajenos para comenzar el proceso de defensa, por llamarlo de algún modo.
Por su parte, el antígeno cuenta con un epítopo, que, en palabras simples, es la parte reconocible para el anticuerpo y a través de la cual se da la unión. La unión se da mediante un emparejamiento intermolecular entre el antígeno en cuestión y la zona proteínica del anticuerpo.