Factores que influyen en la percepción humana

factores que influyen en la percepcion

Tema: factores que influyen en la percepción

Autor: Lidia Rondoni

La percepción es un fenómeno complejo que está influido por muchos factores, lo que explica que el mundo sea percibido de formas distintas por los individuos. En el proceso perceptivo intervienen una gran cantidad de funciones y tareas simultáneas que se combinan para darnos una percepción unificada o agrupada de las cosas.

Sin embargo, las mismas cualidades pueden producir impresiones diferentes, pues las características del sujeto que percibe y de su entorno, así como circunstancias en las que se encuentra, tanto internas como externas, son condicionantes que afectan a la percepción.

Los 5 tipos de factores que influyen en la percepción

Para entender mejor qué es el percepción y todo lo que implica, conviene repasar todas las variables y factores que pueden influir en ella.

Factores específicos neurofisiológicos

Los humanos tenemos un mundo perceptivo propio a consecuencia del sistema neurosensorial de nuestra especie. Como es sabido, los humanos no captamos todos los estímulos físicos, sino tan solo aquellos para los que estamos capacitados neurofisiológicamente. Además, nuestra percepción solo puede atender a determinadas cantidades de energía estimulante. Nuestra capacidad perceptiva es, por tanto, limitada. En este sentido, hablamos de umbrales.

Los umbrales hacen referencia a la intensidad (o su variación) de los estímulos necesaria para que se produzca percepción o que esta se varíe. Así, distinguimos entre:

  • Umbral mínimo o absoluto: la cantidad mínima de estímulo necesaria para poder provocar una sensación y poder percibir algo en una modalidad sensorial. Por ejemplo, captamos sonidos a partir de 16 vibraciones por segundo; menos que esto no es captado por nuestro oído.
  • Umbral máximo: la cantidad máxima de estímulo que puede captarse en una modalidad sensorial. Aunque aumente la intensidad del estímulo, ya no podemos percibir ese aumento.
  • Umbral diferencial: la cantidad de estímulo que necesitamos para observar una variación en la sensación. Por ejemplo, si llevamos un peso de cinco kilos y nos añaden 50 g, no notaremos diferencia alguna; pero si sopesamos un objeto de 100 g y nos añaden 50, sí que sentiremos la diferencia.

Si tenemos en cuenta que percibimos lo necesario para sobrevivir en nuestro entorno, podríamos llegar a la conclusión de que los umbrales también tienen una destacada función adaptativa.

Por otro lado, la psicología de la Gestalt (escuela psicológica alemana que apareció en 1912) descubrió ciertas leyes que condicionan la percepción de los humanos, como:

Ley de la figura-fondo: En una imagen tendemos a focalizar la atención sobre un objeto (figura) destacándolo del resto (fondo).

Ley de la buena forma: Cuando percibimos tendemos a reducir posibles ambigüedades o efectos distorsionadores, buscando la forma más sencilla.

Leyes de pregnancia y de la agrupación de estímulos:

  • Ley de proximidad: nos permite relacionar y agrupar distintos elementos que están próximos entre sí.
  • Ley de semejanza o similitud: tendemos a relacionar y agrupar elementos similares.
  • Ley de continuidad: tendemos a percibir, como parte de la misma figura, elementos que guardan una continuidad en la forma.
  • Ley de contraste: tendemos a sobrevalorar o infravalorar el tamaño de una figura en función de las dimensiones del contexto en el que se da.
  • Ley de cierre: Tendemos a interpretar figuras como completas cuando de verdad no lo están; tendemos a percibir unidos los objetos como entidades totales, aunque falten algunas partes.

Ley de la constancia perceptiva: de acuerdo al tamaño, forma o color.

Factores culturales

La cultura en la que un sujeto vivo influye en grados variables en la percepción de los objetos del mundo. En el campo cultural se han realizado experiencias que ponen de manifiesto que los hombres de culturas distintas no perciben igual los mismos fenómenos.

Así, la ilusión que producen estas rectas es sobreestimada por los individuos que pertenecen a una cultura primitiva de tipo agrícola frente a los individuos de una cultura occidental urbana, más habituados a la percepción de estructuras verticales y horizontales. Actividades como interpretar fotografías o esquemas geométricos dependen también de la cultura en la que se vive.

Además de este tipo de factores propios de la cultura, el lenguaje como factor cultural es uno de los elementos que más influyen en nuestra percepción de la realidad, al someter a nuestro simbolismo lingüístico nuestras percepciones.

En este sentido, Sapir estudió la influencia de la lengua hablada en la captación y retención memorística de colores y va a llegar a la siguiente conclusión: «Las personas que utilizan acusadamente gramáticas distintas se ven dirigidas por sus respectivas gramáticas hacia tipos diferentes de observación y hacia evaluaciones distintas de actos de observación, externamente similares; por tanto, no son equivalentes como observadoras, sino que deben llegar a algunos puntos de vista diferentes sobre el mundo». (Los esquimales “percibirían” más tipos de nieve que los occidentales porque su lengua tiene más palabras para referirse a ella).

Factores sociales o grupales

Un caso típico de la influencia social del grupo sobre el individuo puede encontrarse en los experimentos de Asch. Algunos individuos se ponían de acuerdo para decirle a otro que unas líneas de longitud desigual tenían la misma longitud; el sujeto que veía por primera vez estas líneas y escuchaba las opiniones de los demás tendía a percibir las rectas como iguales en longitud, incluso cuando eran, en realidad, de longitud sensiblemente desigual.

Factores personales, subjetivos o internos

Aquellos que dependen de las características propias de cada persona; los más importantes son:

La atención voluntaria o la capacidad que poseen las personas de seleccionar intencionalmente determinados estímulos y procurar prescindir del resto. No olvidemos que la percepción humana no está capacitada para atender a la totalidad de los estímulos ambientales y, por tanto, debe seleccionar. Por ejemplo, en el caso de la concentración en la lectura, no percibimos con claridad el ruido de fondo de la calle, televisión, etc. Esta elección de estímulos tiene una función claramente adaptativa: de todos los estímulos que nos bombardean solo percibimos los necesarios.

Los intereses individuales o las inclinaciones vehementes del ánimo de una persona hacia determinados objetos o actividades. Por ejemplo, lo que percibe un seguidor de un determinado equipo de fútbol es esencialmente distinto al que capta uno del equipo contrario. Unos experimentos que realizaron los psicólogos Bruner y Goodman pusieron de manifiesto que, a igualdad de volumen, las monedas de mayor valor eran vistas mayores que las de menor valor. Y que esta magnificación de las monedas ocurría con mayor proporción entre los niños pobres que entre los ricos. Dentro de estos intereses personales podemos destacar:

  • Las necesidades o situaciones de carencia en las que se encuentra un sujeto en un determinado momento. Por ejemplo, quien tiene hambre percibe los objetos comestibles.
  • Los estados emocionales o las disposiciones sentimentales ―positivas o negativas― hacia algo o alguna persona. Por ejemplo, una persona atemorizada puede interpretar una sombra como la figura de alguien que le persigue.
  • Las ocupaciones profesionales, aptitudes y gustos. Por ejemplo, un melómano puede percibir más matices musicales en una pieza que otra persona sin esa afición.

Factores objetivos o externos

Aquellos que influyen en la persona que conoce y que provienen del mundo exterior a él. Condicionan la atención y, por tanto, la percepción. Los más significativos son:

  • La intensidad del estímulo: Percibimos con mayor precisión los estímulos intensos que los amortiguados.
  • La reiteración o repetición del estímulo hace que este se interprete más fácilmente.
  • El tamaño y tamaño del objeto. Por lo general, los objetos más grandes atraen más la atención; por ejemplo, el edificio más alto de una manzana.
  • La novedad de un estímulo hace que, al ser habitual, este se fije más fácilmente.
  • El movimiento y las variaciones. Los objetos móviles y los que varían de ritmo, intensidad o tonalidad se perciben mejor que los que permanecen estáticos o invariables; los automóviles que circulan más que los aparcados.
  • El contraste. El cambio más o menos brusco de la situación o el entorno. El sonido de una explosión en medio del silencio, manchas negras sobre objetos blancos…
  • La situación. Por lo general, las cosas situadas en el centro de un determinado medio tienden a percibirse mucho antes y mejor que las colocadas en zonas laterales; por ejemplo, la fuente que adorna el centro de la plaza de cualquier población.
  • Otros factores externos que pueden influir en la percepción son la insistencia o complejidad.

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